La Inteligencia Artificial ha supuesto un tsunami tecnológico que ha arrasado en diversas áreas de conocimiento y prácticas profesionales. Ha revolucionado desde el mundo de la gestión hasta el artístico, pasando por la abogacía o las finanzas. Hoy nos centramos en el uso de la IA en la educación, nuevas aplicaciones que han producido importantes efectos en la forma de enseñar, aprender y evaluar.

CONTENIDOS

La irrupción de la IA en la educación

Usos posibles de la IA en la educación

Riesgos de la IA en la educación

Conclusión

Hasta la irrupción del uso de la IA en la educación, ya se venían aplicando las nuevas tecnologías en el aula. Había muchos centros que se habían pasado al mundo digital tanto en la manera de impartir las clases (pizarra digital) como de asimilarlas (tablets como instrumento de trabajo). Además, los profesores venían usando ya utilidades para impartir contenidos, como Google Classroom, Zoom o Teams. También se utilizaban herramientas para generar contenidos más allá de Power Point o KeyNote. Canva surgió con fuerza como una solución para crear presentaciones e infografías, y también han aparecido genial.ly o Piktochart, como herramientas para generar contenidos digitales gratuitos.

La irrupción de la IA en la educación

Sin embargo, ha sido desde la aparición de ChatGPT y la IA Generativa cuando se ha producido un salto cualitativo. ChatGPT surge como un chat con IA que pude potenciar las capacidades humanas de generación de información, pero el peligro es cuando pasa de ser una simple ayuda a realizar todo el trabajo. Lo mismo ha sucedido con la IA generativa. Herramientas como Midjourney o Dall-e resultan asombrosas por su rapidez, pero empobrecen el aprendizaje de los estudiantes si se dedican a generar trabajos con estas herramientas digitales.

A continuación, veremos otras posibilidades de uso de la IA que no sustituye el aprendizaje de los estudiantes, sino que facilita el trabajo de los profesores y potencia las capacidades de los alumnos.

IA en la educación 2

El uso de la IA en la educación

La IA en la educación ofrece grandes posibilidades, y hemos seleccionado hasta 7 aplicaciones de esta tecnología.

1. Itinerarios adaptados

La IA como herramienta para crear itinerarios de aprendizaje diversos para los estudiantes. La IA, alimentada adecuadamente con los datos de los alumnos, puede generar una gama amplísima de contenidos curriculares, incluso uno específico de cada alumno.

2. Adaptación de contenidos

Con la IA en la educación, es posible afinar la adaptación del mismo contenido a diversos niveles de aprendizaje simplificando una tarea que a veces consume muchas horas de la ya sobrecargada agenda de los profesores. Los alumnos con T.E.A. (Trastornos del Espectro Autista) o T.D.A.H. (Trastorno de Déficit de Atención con Hiperactividad) demandan el mismo contenido adaptado a sus capacidades.

3. Plataformas educativas virtuales

Las plataformas educativas virtuales pueden no solo organizar el contenido y estructurarlo para su adecuada asimilación, sino también proponerle contenidos adicionales en base al perfil del usuario y establecer sistemas de evaluación   Algunos ejemplos de plataformas educativas virtuales son Moodle, Blackboard o Canva en su variante para educadores.

4. Asistentes virtuales para la educación.

Ya sea que se usen en el propio aula, en plataformas virtuales como o en portales formativos como Udemy o Santander Open Acadamy, Edx u otros, la IA puede servir para crear chatbots que respondan a dudas de los estudiantes, siempre siendo adecuadamente programado por el equipo docente.

5. Evaluación de los alumnos

La IA también puede detectar las carencias educativas de los alumnos, diseñando y evaluando pruebas sobre diversas materias, con la adecuada supervisión de los profesores. La elaboración de pruebas de evaluación puede verse acelerada y suponer un importante ahorro de tiempo. Los sistemas de evaluación para medir el progreso basados en IA, como Gradescope, suponen una poderosa herramienta no solo para evaluar, sino también para que los estudiantes mismos se autoevalúen.

6. Detección de Plagio

Al igual que los estudiantes pueden utilizar ChatGPT para crear trabajos o contenidos solicitados por los profesores, estos pueden utilizar herramientas basadas en IA para detectar plagio o cuándo un trabajo ha sido elaborado con IA.

7. Reducción de las tareas administrativas

El proceso de matriculación, las tareas organizativas de un centro educativo, los comunicados y la publicación de las calificaciones, suponen un ingente trabajo administrativo.  Con su asombrosa capacidad para acelerar este tipo de tareas basándose en algoritmos, la IA puede suponer un ahorro importante del tiempo invertido en estas tareas.

IA en la educación 3

Riesgos de la IA en la educación

Sin embargo, ya hay voces críticas que alertan de los peligros de la IA, si no se la controla adecuadamente, puede tener en el mundo de la educación. Hay expertos que recomiendan que el uso de ChatGPT no se permita hasta los 16 años, pues de otro modo el alumno no obtendría las destrezas previas necesarias para usarlo con acierto.

Otros riesgos son:

1. Falta de adaptación a la persona real

Aunque la IA puede trabajar con ingentes cantidades de datos, a la hora de adaptarse al proceso educativo concreto de una persona, nada mejor que otra persona, es decir, un profesor. La IA puede proponer un itinerario formativo, pero siempre adecuadamente guiada por el profesor.

2. Sesgos y prejuicios

Es claro que la IA es educada por humanos, así que puede heredar sus sesgos perceptivos discriminatorios hacia determinados colectivos. Ya se ha visto que ChatGPT resulta autoritario en su forma de expresarse, por ejemplo, y a veces ha llegado a conclusiones erróneas.  Aunque cuenta con programadores que evitan que herede los prejuicios humanos, la posibilidad de heredar sus sesgos y prejuicios siempre está ahí.

3. Privacidad y Seguridad.

Si bien la IA puede simplificar las tareas educativas y administrativas de los centros escolares, para eso debe recopilar ingentes cantidades de datos. Esto puede suponer un claro riesgo para los datos sensibles de las personas, si no se establecen medidas de protección adecuadas.

4. Dependencia tecnológica.

La IA pueden entrenarse para asesorar en la toma de decisiones o la resolución de problemas. Sin embargo, cuando los humanos pasan de consultar a la IA, a delegar en ella para estos mismos procesos, sin intervención humana, puede generar una dependencia de la tecnología.

5. Infracción de los derechos de autor.

Por el mismo motivo de que las IA necesitan datos para alimentarse, se ha dado el caso de que utilicen obras artísticas o literarias originales para  generar las suyas propias. cuando no se trata de una apropiación de la imagen de profesionales que trabajan con su cuerpo. Estos usos infringen claramente los derechos de autor. Huelgas como la de guionistas y actores en Estados Unidos en 2023 han tratado de evitar estas apropiaciones, y es solo el comienzo.

Conclusión

En definitiva, las posibilidades de la IA en la educación son muy amplias, pero también introducen un escenario nuevo. Permiten simplificar y acelerar tareas como la creación y adaptación de contenidos curriculares, la evaluación o la propia enseñanza. Sin embargo, para esto la IA necesita una guía adecuada, y los profesores tendrá que adaptarse cada vez más rápido a las nuevas herramientas. La generación Z ( y las que vendrán) son ya nativos digitales, y es de esperar que su rapidez para asimilar el uso de estas herramientas sea mucho mayor.  El uso de la IA supone también el riesgo de despersonalización, sesgos, infracción de la privacidad de datos o derechos de autor y dependencia tecnológica, y los profesionales de la educación tendrán que estar alerta. Los sistemas educativos actuales van a vivir una gran transformación, que ya se iba gestando desde hace años.  La irrupción de la IA en la educación ha cambiado las reglas del juego, y exigirá un gran esfuerzo de adaptación de los profesionales en el campo de la educación.