En medio de la guerra comercial entre EEUU y China, aunque según algunas fuentes, sin que sea consecuencia directa de ella, Donald Trump dictó el 16/05/2019 una orden ejecutiva: Se trataba de prohibir el uso o compra de tecnología de telecomunicaciones de adversarios extranjeros. Aunque no se mencionaba expresamente a Huawei, era un misil dirigido directamente a la línea de flotación de la compañía china. No solo eso, el 19/05/2019 Google acataba la normativa y anunciaba que no permitiría al fabricante chino utilizar su tecnología.
Huawei y el veto de Trump
Al igual que había sucedido en Mayo del año anterior con la compañía ZTE, a causa según EEUU de sus acuerdos comerciales con Irán y Corea del Norte, se consideraba que podía haber riesgo de espionaje. En aquel caso, aunque también se mencionaba a Huawei, el blanco del ataque fue ZLE, que ya había tenido que pagar una dura multa de 1.200 millones de dólares en 2016, y que tuvo que llegar a un acuerdo con EEUU según las condiciones de Trump.
De hecho, el origen de las sospechas estaba en unas informaciones de Bloomberg, importante compañía de servicios financieros y noticias, que aseguraba que Huawei instalaba chips espía en servidores de compañías como Amazon y Apple. Trump tardó poco en hacer a Huawei el blanco de su nuevo ataque en forma de veto.
¿Tendré que tirar mi móvil Huwaei?
Los comunicados tanto de Huawei como de Google, con posterioridad a la tercera semana de Mayo, han afirmado que los usuarios de móviles Huawei van a poder seguir usando sus aparatos, y no van a perder ni el sistema operativo ni Google Play u otras aplicaciones de google. Pero es una incógnita lo que va a suceder con los nuevos terminales, como la gama Mate.
Las consecuencias para los usuarios van a ser, por lo pronto que, aunque van a seguir teniendo actualizaciones de seguridad, estas estarán basadas en la parte OpenSource de Android (AOSP). Por otra parte, las nuevas actualizaciones de Android no llegarán. Y, por supuesto, en los nuevos dispositivos que fabrique, Huawei no podrá instalar ni Android ni tampoco las aplicaciones preinstaladas que dependen de Google, incluyendo Google Maps, Calendar, Chrome o Drive.
Por otra parte, el 21 de Mayo Intel y Qualcomm indicaron que tampoco permitirían el uso de sus chips a Huawei. En el caso de los móviles, esto no afectará a la compañía china porque hace mucho que usa en ellos sus propios chips Kirin, pero sí a sus ordenadores portátiles.
Sin embargo, compañías también chinas como OnePlus, Oppo o Xiaomi no se verán afectadas por el veto de Trump, por el sencillo motivo de que no se dedican al negocio de las telecomunicaciones, al que sí se dedica Huawei (y del que de hecho es líder desde la llegada del 5G.
Las reacciones de Huawei al veto de Trump
Las acusaciones de espionaje tocaron muy de cerca a Huawei cuando en Diciembre de 2018 detuvieron en Canadá, a instancias de los EEUU, a Sabrina Meng Whanzhon, directora financiera de Huawei. En Marzo de 2019, demandó ante un tribunal federal en Texas (donde tiene su sede en EEUU) al gobierno estadounidense de atacar a la compañía china sin fundamento, y solicitó que se declarara inconstitucional la sección 889 de la Ley de Autorización de Defensa Nacional. La compañía se defendía diciendo que no había pruebas de espionaje reales. Y en parte es así, porque ni Gran Bretaña, ni Alemania, entre otros países, han encontrado pruebas. Sin embargo, eso no ha sido un obstáculo para que países como Canadá, Australia o Francia hayan suspendido las compras a Huawei. En este caso, no es tanto la evidencia, como el principio de prudencia ante el hecho de que pueda haber espionaje.
El futuro de Huawei
A nivel tecnológico, Huawei no solo puede seguir usando AOSP (la parte Open Source de Android), sino que se ha declarado un partner muy activo de Google Android, habiendo contribuido, según la compañía china, a su desarrollo. Por otra parte, también ha declarado que ha desarrollado un sistema operativo propio que podría sustituir a Google Android (en los móviles) o a Windows (en los portátiles, en caso de que Microsoft se sume al bloqueo).
Por tanto, la guerra comercial no ha hecho más que comenzar, después de la declaración de Donald Trump en forma de orden ejecutiva. Es imposible no ver en Huawei y el veto de Trump una continuidad de la durísima guerra comercial entre China y los Estados Unidos que comenzó a primeros de Mayo. El 9 de Mayo, Estados Unidos anunciaba la subida de aranceles a productos chinos valorados en 200.000 millones, del 10% al 25%. El gobierno chino reaccionaba aumentando una subida similar a la importación de productos americanos en su propio país (valorados en 60.000 millones). Aunque originalmente el veto a Huawei tenía relación con la seguridad, recientemente el secretario del tesoro del Gobierno de los EEUU ha mencionado muy recientemente la posibilidad de que las condiciones se suavicen, si se incluye el caso de Huawei como parte del acuerdo comercial que se está negociaciando con China.
Desgraciadamente para Huawei, le ha tocado estar en el medio de una guerra comercial entre dos grandes países, y las consecuencias para la compañía y sus futuros consumidores son aún imprevisibles.