La navegación de las personas en el mundo online deja un rastro inconfundible que las compañías como Facebook, Amazon y Google utilizan para establecer perfiles de consumidores y crear una información y una publicidad cada vez más personalizada y dirigida a influir directamente en los hábitos de consumo y la opinión de la población. El problema viene cuando los datos son vendidos fraudulentamente, o directamente robados. Hoy te hablamos del peligro de los servicios gratuitos en Internet.
Todo empieza así: como usuario, por el uso de una aplicación gratuita, aceptas unos términos y cedes unos derechos que suelen implicar información personal de todo tipo relacionada con tus intereses, ubicación, contactos e incluso tu imagen. Si bien es una práctica legal, porque las compañías lo publican todo en sus Términos de uso y Política de Privacidad, que el usuario acepta; a veces se ha puesto en entredicho el carácter “gratuito” de los servicios. Si lo analizamos con detalle, la moneda de cambio pasan a ser tus datos personales, en lugar del dinero.
Nuestros datos, en sus manos
Como usuarios, a menudo accedemos a una herramienta web gratis o un link de descarga con una promoción muy ventajosa a través de un portal online. En ocasiones, por comodidad, la aplicación web o el portal nos ofrece la posibilidad de logarnos sin crear un usuario, usando en su lugar nuestra cuenta de Facebook (u otra red social). Si accedemos, acabamos de facilitar un punto de datos a una de estas compañías. Si usamos una aplicación web, facilitaremos muchos más puntos de datos, conociendo TODOS nuestros movimientos en ella. Si es una tienda online, sabrán lo que compramos, cuándo lo compramos y a qué precio.
A partir de ahí, las grandes compañías pueden hacer lo que quieran con nuestros datos, siempre y cuando esté en sus Términos de Uso.
Además, poca gente es consciente de otro peligro de los servicios gratuitos en Internet. Pagar con datos por algo gratis no es la cosa más temible que nos puede pasar en internet. A la mayoría de nosotros no parece importarnos hacerlo, dada la frecuencia con lo que sucede. Es mucho más preocupante cuando se traspasa la barrera de la legalidad.
«Por ahorrar dinero, la gente está dispuesta a pagar cualquier precio»
(Lawrence de Arabia)
El caso Ashley Madison: seguridad y robo de datos
Ashley Madison es una web de contactos de alto nivel, que está orientada fundamentalmente a aventuras extramatrimoniales. Su lema es “La vida es corta. Ten una aventura.” El sitio web hoy día asegura la confidencialidad de sus datos y la seguridad de la información que se proporciona. Probablemente también lo diría hace unos años. Sin embargo, en 2015 se produjo el robo de datos de hasta 39 millones de usuarios. Al haber entre sus miembros políticos, actores, militares de alto rango, e incluso activistas religiosos, los casos de extorsión y chantaje se multiplicaron. Ashley Madison es un servicio en principio gratuito, tal y como se puede ver en su web:
Si bien establecer contactos con otros usuarios es solo gratuito para las mujeres, los hombres sí que pagan por ello. Pero no ponemos a Ashley Madison como ejemplo de compañía que pone un reclamo gratuito para luego cobrar (práctica bastante frecuente). La destacamos para poner de manifiesto que los datos son hoy día una mercancía extremadamente valiosa, codiciada por los hackers y susceptible de ser ROBADA. Es un peligro de los servicios gratuitos en internet.
El caso Cambridge Analytica: uso fraudulento de datos
Cambridge Analytica era una empresa dedicada al análisis de datos a gran escala (gran cantidad de datos, obtenidos a gran velocidad, de distintos orígenes). Con la enorme masa de información que manejaban, podían orquestar campañas en redes sociales mediante mensajes segmentados para dirigir la opinión pública en una dirección u otra. Habían realizado campañas en Trinidad y Tobago, Kenia y otros países del Caribe y África. Cuando su actividad orientó a la población británica para conseguir el Brexit o a la estadounidense para lograr el éxito de Donald Trump en las elecciones, saltaron las alarmas de medios periodísticos y legales.
“Lo superfluo, aunque cueste solo un céntimo, es caro»
Séneca
El problema con el uso de datos de Cambridge Analytica era el siguiente:
- Es legal usar las plataformas sociales para producir anuncios y campañas.
- Igualmente legal es usar algunos datos libremente compartidos por usuarios para segmentarlas.
Pero, sin embargo:
- No es legal facilitar los perfiles y gráfica social de los usuarios de Facebook a otras empresas para ser usados en la segmentación (como en este caso, Cambridge Analytica). Al menos, no lo es sin advertir muy claramente a los usuarios de que van a ceder sus datos a terceros.
¿Qué hizo Cambridge Analytica?
Facebook facilitó a Cambridge Analytica los datos de los perfiles sociales de sus usuarios para facilitar su trabajo. La compañía británica dedicada al análisis de datos con fines estratégicos tuvo acceso de manera indebida al menos a 50 millones de perfiles de Facebook. Tan solo 270.000 habían dado permiso explícito para que obtuvieran sus datos. Lo curioso es que todo esto se obtuvo mediante la descarga de una supuestamente inocente aplicación de descarga gratuita en Facebook. Este es otro peligro de los servicios gratuitos en Internet.
Esta fuente de información permitió a Cambridge Analytica obtener hasta 5.000 puntos de datos sobre cada votante estadounidense. Con ellos, dirigieron mediante esta red social y otras mensajes segmentados, adaptados al perfil del receptor, para dirigir la opinión pública contra su adversaria (Hillary Clinton); y en favor de Trump. Cambridge Analytica admitió que trabajaba con Facebook contratándoles para publicar anuncios de campañas; pero no que tenían datos los perfiles sociales de los usuarios de Facebook. La realidad era que sí los tenían (de manera ilegal) y trabajaban con ellos, como se destapó más tarde. Por ello fueron sometidos a investigaciones judiciales a un lado y otro del Atlántico.
Si el servicio es gratuito, el producto eres tú (o tus datos)
Una grabación con cámara oculta, publicada por el canal británico Channel 4, reveló conversaciones en la que Mark Turnbull (Director General) y Alexander Nicx (CEO) de Cambridge Analytica, confirmaban las artimañas esgrimidas para influir en los resultados de numerosas campañas electorales, que incluían difundir en redes, Google y YouTube vídeos con información falsa para polarizar la opinión pública (obviamente partiendo de la base de los datos de los perfiles sociales obtenidos por dudosos medios). En el vídeo, que no tiene desperdicio, el CEO confirmó que usaban también técnicas como el empleo de sociedades fachada, o personas contratadas como señuelos para comprometer a adversarios políticos.
En definitiva, utilizar servicios gratuitos, ya sean redes sociales, aplicaciones en la web u otros servicios, es ceder en muchas ocasiones tus datos. Ese es el peligro de los servicios gratuitos en Internet. Y no siempre los van a usar solamente para aquello a lo que has dado autorización. Sabemos que pueden ser robados directamente, si la empresa que los trata no tiene suficientes medidas de ciberseguridad empresarial. Pero además, también, pueden ser utilizados fraudulentamente por empresas aparentemente legales.
A veces, merece la pena pagar un poco de dinero, para no tener que pagar de otro modo.